37 contradicciones entre WhatsApp y sus términos y condiciones

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ACTUALIZACIÓN: De acuerdo a los nuevos términos y condiciones de WhatsApp, actualizados el 25 de agosto de 2016, aquí pueden consultar las novedades que implican.

Es lo que ocurre cuando no actualizas tus condiciones legales en 4 años

WhatsApp, el indiscutible rey de la mensajería a nivel mundial, está a punto de celebrar un curioso aniversario: el próximo 7 de julio hará 4 años que sus términos y condiciones, así como su Política de Privacidad, no se actualizan.

(Ahora es cuando van y los actualizan de aquí al día 12 :p).

¿Qué importancia tiene eso? Hemos hablado ya de ello en otras ocasiones, pero la cuestión de base es la siguiente: los términos y condiciones son un contrato formado por cláusulas preestablecidas por una de las partes (la empresa) que la otra parte (el usuario) simplemente puede aceptar. Es decir, el usuario no puede negociar las cláusulas de ese contrato, simplemente aceptarlo o rechazarlo.

Es el tipo de contrato usado por multitud de servicios que deben contratar de forma casi constante con gran cantidad de usuarios y que muy resumidamente te dicen: «Esto es lo que hacemos, ¿lo tomas o lo dejas?»

Dado el tipo de contrato, su protección legislativa es mayor. Por ejemplo para evitar cláusulas abusivas que la empresa pueda intentar imponer al usuario, que no tiene capacidad de negociación sobre ellas.

Eso implica que la ley obligue a la empresa, que es quien establece los términos y condiciones, a ser claro, transparente y concreto sobre ellos. Hasta el punto de que si el usuario no ha tenido oportunidad real de conocer esas condiciones en el momento de la celebración del contrato, esas cláusulas no quedarían incorporadas (art. 7 a) de la Ley sobre Condiciones Generales de Contratación).

WhatsApp lleva 4 años añadiendo funciones al servicio, muchas de ellas con importantes efectos sobre derechos del usuario como su privacidad (el doble check azul, las llamadas por VOIP, la adquisición por parte de Facebook o el cifrado de las conversaciones).

Sin embargo esas y otras muchas cuestiones no existen en los términos y condiciones que acepta un usuario al darse de alta en WhatsApp. De hecho, algunas condiciones directamente contradicen lo que el usuario puede hacer en el servicio.

Dicho esto, vamos a ver esas ausencias y contradicciones.

Las 37 contradicciones de WhatsApp

1.- El dueño de WhatsApp ya no es WhatsApp, sino Facebook (que la adquirió en 2014). Aunque nada se dice sobre ello. De hecho, ¿a quién debo dirigirme para por ej. ejercer mi derecho de acceso?

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2.- El uso del servicio debería ser personal y se prohíbe la utilización comercial, pero multitud de empresas o instituciones públicas lo emplean en su día a día para tareas que van más allá de lo personal. Sin que nada ocurra.

3.- Aunque WhatsApp impide el envío automatizado de mensajes, se comercializan herramientas y servicios para justo prestar esos servicios. Y poco suele ocurrir.

4.- WhatsApp sigue impidiendo las copias caché de su web en buscadores. Aunque luego existen sin mayor problema.

5.- Los textos, gráficos, software y demás componentes de Whatsapp ya no son suyos, como dicen las condiciones, sino de Facebook.

6.- Se prohíbe el uso de mensajes de usuarios por parte terceros para finalidades comerciales. Pero es fácil ver empresas que utilizan mensajes de usuarios para promocionar sus servicios.

7.- Aunque se habla de poder enviar «otras comunicaciones», no se menciona expresamente la posibilidad de enviar vídeo, audio, archivos como PDF o hacer llamadas, y especialmente sus implicaciones.

8.- La opción «Última vez visto» es automática según las condiciones. Es decir, sin posibilidad de desactivarla. Aunque se puede desde hace tiempo.

9.- A pesar del nuevo sistema de cifrado de extremo a extremo que debe asegurar la confidencialidad de una conversación, incluso respecto a WhatsApp, tal opción no se menciona y se sigue diciendo que no se garantiza la confidencialidad de los envíos. A pesar de lo publicitado.

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10.- Enviar publicidad o hacer solicitudes relativas a trabajo está prohibido. Aunque luego es un canal habitual para por ejemplo gestionar un alquiler o la atención al cliente, sin mayores consecuencias.

11.- El escaso interés o la extensión de un mensaje pueden suponer su eliminación, según las condiciones. Pero ni una ni otra están ocurriendo, lo contrario.

12.- Se dice que el servicio se presta desde EEUU y que puede no ser apropiado para quien acceda a él desde otro país. Pero hoy más de 1000 millones de personas la han convertido en la app de mensajería más usada en el planeta.

13.- Debes tener al menos 16 años para usar el servicio, pero es habitual que menores de esa edad lo usen sin mayor consecuencia por parte de WhatsApp.

14.- Se indica que el servicio está únicamente sujeto a los tribunales de California, pero Whatsapp ha tenido importantes juicios en Brasil, Alemania o India (y no siempre ganando).

15.- La posibilidad de que información personal de Whatsapp puede ser compartida con Facebook, no se señala. Como sí indica Facebook desde su Política de Datos.

16.- Todavía se habla de información para facturación, cuando el servicio es gratis desde enero de 2016.

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17.- Se habla de las cookies que la web puede instalar (que tampoco es tan habitual visitar). Pero no de las cookies o tecnología similar que Whatsapp como app puede instalar en el dispositivo.

18.- WhatsApp dice no recopilar datos personales que no sean el número de teléfono, sin embargo se ha demostrado que capta más información, por ejemplo en las llamadas.

19.- Sus políticas de retención de datos siguen siendo un misterio, como apunta y critica la Electronic Frontier Foundation. Sobretodo ahora que podemos guardar mensajes, por ejemplo.

20.- Todavía se habla de programas específicos de publicidad en los que sería posible darse de alta o baja. Aunque la publicidad se ha descartado como vía de explotación.

21.- La existencia del doble check azul, sus implicaciones y la posibilidad de limitarlo, no se mencionan.

22.- En iPhone, la posibilidad de guardar una conversación en iCloud no se menciona. Ni sus implicaciones.

23.- Se sigue hablando de la transferencia de datos personales hacia EE.UU., incluso desde Europa. Eso a pesar de los importantes cambios en la materia desde la anulación de Safe Harbor.

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24.- Se dice que en caso de adquisición, la información de los usuarios podría ser transferida al nuevo dueño. Algo que ya debió ocurrir cuando Facebook compró WhatsApp en 2014.

25.- La opción de importar los datos del perfil de Facebook, qué datos implica importar y qué vínculos crea eso, no se menciona.

26.- La existencia de Whatsapp Web no se menciona, al igual que tampoco los diferentes datos que puede estar recopilando.

27.- Las condiciones dicen que no es posible limitar la visibilidad del perfil de acuerdo a diferentes usuarios. Sin embargo, la app deja configurarlo a Nadie, Contactos o Todos.

28.- Las opciones «Eliminar cuenta» y «Cambiar número de teléfono» no se mencionan, al igual que sus implicaciones.

29.- La opción sobre «Uso de Almacenamiento» (el total de mensajes enviados por usuario/grupo y tamaño de los archivos), no se menciona. Tampoco qué uso se hace de esa información.

30.- La posibilidad de activar el guardado de archivos no se menciona.

31.- La posibilidad de exportar un chat y sus implicaciones, no se sabe/no contesta.

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32.- La posibilidad de silenciar a un usuario o grupo no se menciona. Por ejemplo, ¿silenciar siempre a grupos con determinados usuarios, supone algo?

33.- La posibilidad de de crear grupos, sus variantes y gestión no se menciona.

34.- La posibilidad de fotografiar desde la propia app, y por ejemplo los metadatos que pueda captar, no se menciona.

35.- La posibilidad de realizar llamadas desde la propia app no se menciona, así como sus implicaciones.

36.- La opción de crear «Listas de Difusión» y sus variantes no se menciona.

37.- La opción de ver si alguien está en «Línea», aunque se desactiven otras opciones, no se menciona.

En conclusión, no es ninguna locura decir que hoy en día los términos y condiciones de Whatsapp presentan serias irregularidades. Comenzando por su no traducción al castellano, en Alemania los tribunales han dictaminado que WhatsApp debe traducir sus condiciones al alemán. Pero sobretodo, teniendo en cuenta las numerosas e importantes diferencias entre lo legalmente aceptado y lo finalmente usado.

Seguiremos esperando a los cambios…

¡Feliz whatsappeo!
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