IFTTT – 13 detalles sobre sus términos y condiciones

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¿Ocultan algo significativo los términos y condiciones de la app de automatización del momento, IFTTT?

IFTTT, pronunciado «ift» (como en gift), es un servicio que permite interconectar canales (Facebook, Twitter, el email o el tiempo, entre muchos otros) y los perfiles que uno tenga en esos canales, para generar «recetas» o acciones personalizadas para el usuario.

O lo que es lo mismo, IFTTT funciona según la regla por la cual «Si ocurre esto, entonces que ocurra aquello otro» (If This Then That, en inglés). De esta forma el usuario puede automatizar cantidad de procesos y tareas diarias que por su naturaleza son muy mecánicos. Por ejemplo, aprovechando los más de 60 canales ya soportados, podemos programar que cada vez que nos etiqueten en Facebook, esa foto se vaya automáticamente a Dropbox. O que cada vez que subamos una foto a Instagram, ésta sea la nueva foto de perfil en Twitter. O que todos mis check-ins mensuales en Foursquare se organicen en una nota de Evernote. Y así casi hasta el infinito.

Es decir, IFTTT permite que uno pueda convertirse en super usuario a base de una ingente cantidad de automatización de procesos. De hecho a más de uno seguramente le recordará a algo bastante parecido como es Yahoo Pipes (que también puede conectarse con IFTTT).

En todo caso, IFTTT está comenzando a coger cierta fuerza, a pesar de ser un servicio con menos de 3 años, y creo que es buena idea echarle un vistazo a sus términos y condiciones, especialmente interesantes por la presencia de una gran interacción entre servicios de terceros. Se componen de unos Terms of Use y una Privacy Policy. Reseñar que las Condiciones de Uso incluyen unos mini términos aplicables también para quien emplee el servicio vía su app para iOS.

Geolocalización y otros datos de la empresa según sus términos y condiciones, en el Mapa de Términos y Condiciones.

Veamos pues 13 detalles sobre los términos y condiciones de IFTTT:

  • No son unos términos y condiciones cortos, alcanzando concretamente las 5710 palabras, y completamente en inglés (la única versión disponible).
  • Da la sensación de haber habido poca comunicación entre quien escribía las Condiciones de Uso y la Política de Privacidad, ya que en varias materias una y otra parecen contradecirse. Un primer ejemplo lo encontramos en la edad para usar el servicio. Según las Condiciones de Uso debes necesariamente tener 18 o más años para emplear IFTTT, pero de acuerdo a la Política de Privacidad si eres menor de 18 y cuentas con el consentimiento paterno, puedes emplearlo. Los menores de 13 años, con o sin consentimiento, están excluidos.
  • Un segundo ejemplo lo identificamos a la hora de modificar las políticas, nuevamente diferentes criterios. Según se indica, las Condiciones de Uso pueden ser actualizadas a criterio de IFTTT, que colgará los cambios en la web y nosotros  seremos responsables de estar pendientes de ellos. Además, los aceptaremos si seguimos usando el servicio tras su actualización. Mientras tanto, la Política de Privacidad dice que no reducirá nuestros derechos sin consentimiento explícito y que en todo caso cualquier cambio que se cuelgue en la web no entrará en vigor hasta pasados 30 días.
  • No cabe el uso comercial de IFTTT, únicamente el personal. De hecho el servicio puede ser suspendido o limitado en cualquier momento y por cualquier razón, además de poder adoptar una modalidad de pago.
  • No es posible crear una cuenta usando el nombre de otra persona con la finalidad de robarle su identidad, emplear un nombre protegido por derechos de terceros o un nombre vulgar u obsceno. Tampoco se permite el uso de una cuenta de IFTTT por un tercero que no cuente con la debida autorización.

  • Se puede abandonar IFTTT en cualquier momento, simplemente basta dejar de emplear el servicio (aunque no se dice más sobre el asunto). Por su parte IFTTT puede echarnos en cualquier momento y por cualquier razón, y de hecho en 4 casos esa «cese» es automático: a) por incumplimiento de los términos y condiciones; b) por IFTTT comunicarlo mediante escrito en la web; c) por IFTTT enviarnos un escrito que así lo señale d) por IFTTT dejar de proporcionarnos el servicio. Ahora bien, dejan claro que tal «expulsión» del servicio no implica que dejen de aplicarse los términos y condiciones del mismo.
  • A pesar de poder eliminarse la cuenta (como se ha indicado anteriormente) hay bastante información que puede quedar “retenida” en el servicio por tiempo casi indefinido: 1) tareas y canales programados; 2) al actualizar la información de la cuenta, de todo lo no revisado se guarda copia en sus archivos; 3) se señala expresamente que información de la cuenta (no especificada) puede permanecer en IFTTT incluso al darse uno de baja.
  • Entre las muchas restricciones indicadas, dos que quizá llamen la atención: 1) se prohíbe explícitamente el uso de MailList, ListServ y cualquier sistema de autorespuesta que genere spam; 2) no se permite usar IFTTT en instalaciones nucleares o cualquier otra que ponga en riesgo grave la vida, el medio ambiente o la propiedad.
  • Importante tener en cuenta que cualquier desarrollo de software que incorpore código de IFTTT, sus APIs o ejecutables relacionados, será propiedad de IFTTT, no del desarrollador. De hecho la copia, modificación, transferencia, reproducción o almacenamiento de cualquier contenido que no sea para uso personal, queda prohibida si no media autorización escrita.
  • Cualquier comentario, sugerencia o feedback proporcionado a IFTTT no tendrá la consideración de confidencial y será propiedad exclusiva del servicio, a nivel mundial, por tiempo indefinido y a título gratuito.
  • En caso de enviar el usuario correspondencia personal a IFTTT, ya sea en forma de carta o de email, o si otros usuarios o terceros servicios envían información (correspondencia la siguen llamando) sobre nuestra actividad en el servicio, pueden recopilar esos datos en un archivo específico sobre nosotros. Sí, suena algo extraño, la verdad.
  • El uso de la app móvil o de determinados canales de información del servicio puede hacer que IFTTT gane acceso a la cámara de fotos del dispositivo, la agenda de contactos, el calendario o incluso nuestra localización. Por tanto ojo con el empleo móvil del servicio.
  • Finalmente, se nos avisa que debemos ir con cuidado al vincular diferentes servicios de terceros a IFTTT y gestionar a su vez nuestro flujo de información privada, ya que alguna acción podría convertir de forma no intencionada esa información privada en pública y dejarla visible para todo usuario del servicio e Internet en general. Se cita el caso de por ej. convertir una actualización de estado de Facebook privada en pública al incluirla en una entrada del blog.

En conclusión, encuentro que se podría incidir mucho más en el punto central del servicio, es decir la interconexión masiva entre múltiples servicios de terceros. De hecho lo ideal sería, aunque supondría un trabajo considerable, indicar los datos concretamente intercambiados por cada canal al conectar con IFTTT, ya que ahora todo es bastante genérico y se resuelve con avisos sobre conexiones que pueden cambiar el «valor» de la información y la recomendación de leer las políticas de cada canal que se conecte (seguro que sí). Definitivamente mejorable.

En cualquier caso, hasta aquí el breve análisis. ¡Feliz automatización!

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