Wallapop – 13 detalles sobre sus términos y condiciones

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Las condiciones legales del mercadillo digital de moda

ACTUALIZADO 18/02/17: Según los cambios de finales de 2016.

Wallapop, el mercadillo de segunda mano a través de móvil, es una app española que nació ahora hace poco más de 1 año. Desde entonces su crecimiento ha sido muy considerable, hasta el punto que en ese tiempo el servicio ya ha superado el millón de usuarios.

Disponible para iOS y Android, su concepto es sencillo, aplicar la idea del típico mercadillo de barrio al mundo digital y a través de dispositivo móvil geolocalizado. De esta forma uno puedo vender (y comprar) cualquier cosa que ya no use, pero desde la comodidad del móvil, con la posibilidad de contactar con el comprador/vendedor y sin perder la cercanía del mercado clásico de barrio.

¿Pero cómo regulan sus términos y condiciones este mercadillo digital? Wallapop presenta unos Términos y Condiciones, una Política de Privacidad y una Política de Cookies, como pilares legales del servicio. Sin embargo lo disponible en la web no es exactamente lo mismo que los textos accesibles desde la app, que son más largos y además integran privacidad y cookies en un único documento. Por tanto los detalles son relativos a las condiciones de Wallapop disponibles en la app, no las de la web.

Veamos 13 detalles de los mismos:

  • Debes tener al menos 18 años para usar el servicio, además de la capacidad legal suficiente para usar el servicio. Antes eran 14. Aunque con consentimiento paterno, podrías darte de alta según la Política de Privacidad.
  • Respecto al contenido que subas al servicio, textos e imágenes principalmente, cedes los derechos de comunicación pública, reproducción, distribución y transformación a Wallapop con ámbito universal, gratuitamente, en exclusiva (!) y por el tiempo correspondiente.
  • Debes mantener bien guardada la contraseña de usuario, ya que te hacen responsable de cualquier uso de Wallapop que se pueda producir mediante esa contraseña.
  • Nada de usar el servicio compartiendo material o datos contrarios a la ley, la moral, el orden público y los términos y condiciones. Es decir, cualquier cosa que vulnere el secreto de las comunicaciones, la propiedad intelectual, la protección de datos, suponga un robo de identidad o atente contra los derechos humanos.

  • Si incumples alguna de las normas anteriores, Wallapop no quiere saber nada sobre una posible reclamación o multa. Además, puede excluirte del servicio temporal o definitivamente. En todo caso, te pueden echar si lo consideran oportuno (sin más). Y aunque antes te avisan de ello, desde octubre de 2016 ya no. De hecho, ahora también podrían cerrar el servicio sin previo aviso. 
  • Wallapop tampoco quiere saber nada si lo comprado no se ajusta a lo indicado, incluso aunque el producto sea falso o ilícito. Dice que simplemente es un intermediario, que cualquier problema que surja deben resolverlo los usuarios y que no asume ninguna responsabilidad respecto a la compraventa.

  • Los productos que puedes anunciar/vender en Wallapop presentan varias limitaciones. Para empezar nada de contenido erótico/sexual. Tampoco esquemas piramidales o similares. Y en caso de anunciarse un inmueble, únicamente puede hacerse con 1 por anuncio. Desde noviembre 2015, tampoco los productos que requieran receta o sean dispensados por un médico.
  • Ya desapareció la extraña mención a que no cabía derecho al desistimiento. Y es que antes se decía de una forma bastante confusa y citando un artículo de la LGDCU inexistente hoy en día (el 102 e), que no había posibilidad de desistimiento. Algo cierto en este tipo de compraventas (o al menos como a priori se configuran aquí), pero que en cualquier caso se comunicaba de forma poco clara.
  • En materia de privacidad, Wallapop antes se reservaba el derecho de comunicar tus datos a terceras empresas relacionadas con sectores como el ocio, la moda o los viajes para que nos envíen su publicidad. Empresas que podrían estar ubicadas en cualquier parte del mundo. Eso ahora se dice de una forma mucho menos clara.
  • Se dice que podemos en cualquier momento (vía email) revocar nuestro consentimiento respecto a la cesión de datos o la recepción de publicidad. Ya no se sugiere, como antes, que eso podría suponer el cierre de nuestra cuenta.
  • El nuevo servicio para publicitar los artículos vendidos en la plataforma, ganó en opciones desde octubre 2016. Ya no se menciona el coste del anuncio (en teoría 1,99 €), y hay tres posibilidades. Las dos primeras en realidad son la misma (!), destacar el anuncio durante 24 horas respecto al resto de anuncios que no hayan contrato el servicio. La tercera posibilidad permite reposicionar el anuncio cada 24 horas, durante 3 días, como si de uno nuevo se tratase.
  • Se ha eliminado referencia alguna a que nuestros datos puedan viajar hasta Estados Unidos. Antes se indicaba que esos datos podían llegar a la empresa Kahuna Engagement Engine, herramienta empleada para detectar el impacto de los mensajes que el usuario envía (marketing móvil).
  • También se ha eliminado la referencia a que Wallapop podía almacenar y acceder al contenido de los mensajes que comprador y vendedor se intercambiaran.
  • Finalmente, se recuerda que el uso normal del servicio implica que los datos personales del usuario puedan ser vistos por otros usuarios, para facilitar el contacto y la comunicación.

En conclusión, tenemos un mercadillo de 2ª mano geolocalizado, vía móvil y gratuito (al menos por ahora). Sin embargo, no ofrece casi ninguna protección en caso de que algo salga mal, no establece ningún sistema de resolución de conflictos alternativo, todavía presenta una cesión de derechos cuestionable sobre el contenido subido y presenta unas  prácticas en materia de privacidad muy breves, sobretodo si se comparan con la anterior versión de la Política de Privacidad

Por tanto, el servicio está my bien montado y parece tener una amplia comunidad, pero ojo con alguno de esos detalles al usarlo.

¡Felices compras!

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